quarta-feira, 15 de julho de 2020

Ghana 4 (2017) Los Humedales De Amanzuri

Zonas someras con  Utricularia sp. C.M. Aguilar Gómez
La costa de Ghana tiene unos 550 km y alberga unas 50 lagunas, la mayoría con superficies menores de 0,5 km2. Entre ellas hay mucha diversidad en cuanto a sus orígenes y conexiones con las aguas marinas. Nosotros visitamos los humedales de Amanzuri, un conjunto de lagunas y zonas palustres al oeste del país a solo 50 km de Costa de Marfil.

Ese humedal es conocido por la población de Nzulezo, una con todas sus casas construidas sobre el agua a modo de palafitos. Y eso es un atractivo turístico. A nosotros nos interesaba más el entorno pero nuestros guías nos llevaron igualmente a ver el pueblo. No obstante, elegimos una embarcación sin motor para demorarnos en el trayecto y recorrer los vericuetos del bosque inundado.




Acechando a los peces del lago. C.M. Aguilar Gómez.
En la costa de Ghana los periodos de lluvias están concentrados en dos momentos del año, el mayor va de mayo a junio, pero hay otro menor en el mes octubre. En Amanzuri estos periodos están bien definidos y las precipitaciones son abundantes al estar en la zona más lluviosa del país.

Agosto es un mes de tregua entre los dos máximos de lluvias, aún así algún chaparrón nos cal. Amanzuri se sitúa en una llanura costera, en una cuenca de unos 1000 km2, en su mayoría por debajo de los 50 metros sobre el nivel del mar. El conjunto de humedales suma 75 km2 aunque solo un 5% son aguas abiertas.





Atravesando el bosque inundado. C.M. Aguilar Gómez.
El lago Amazuri y sus humedales asociados tienen aguas muy superficiales. La profundidad media no llega a 3 metros y las máximas en aguas libres no pasan de 5 metros. Tras pasar el periodo con mayores lluvias del año encontramos la zona con aguas altas. En esa época los humedales de esta zona de África parecen tener poco atractivo para las aves. Apenas se ven acuáticas.

En cuanto a las estrictamente de estos ambientes solo vimos gansito (Nettapus auritus), garza Goliat (Ardea goliath) y garcita verdosa (Butorides striata), el resto fueron aves observadas en los bosques encharcados como varias tórtolas o un calao que solo vimos en esta región, el silbador occidental (Bycanistes fistulator).




Nenúfares (Nymphacea sp). Foto: C.M. Aguilar Gómez.
Pero si las observaciones de aves no abundaron, el paisaje lo compensó con creces. Las aguas de Amazuri son aguas oligotróficas o aguas negras, de esas en las que se refleja el paisaje como si fuera un espejo.

Recorrimos zonas cubiertas de nenúfares (Nymphaea sp) con sus grandes flores. Entre ellos vimos  Nymphoides indica un delicado nenúfar con pétalos festoneados que recuerdan plumones de aves. Pero para mí el descubrimiento fueron unas delicadas flores moradas que más tarde identificamos como Utricularia.
Su presencia no puede ser más indicativa de aguas pobres en nutrientes ya que es un género de plantas carnívoras muy especializadas. 



Nzulezo construido sobre el agua. C.M. Aguilar Gómez.
El nombre de Utricularia se refiere a unos utrículos o vesículas que tienen en la parte sumergida cuya función es capturar pequeños organismos acuáticos. Ese es el complemento para sortear la pobreza de nutrientes.

El recorrido incluyó la vista a Nzulezo. La población cuenta con una calle apoyada en pilotes de la que van saliendo accesos a casas sobre el agua. Los desplazamientos fuera del pueblo son siempre sobre barcas. Allí viven tanto de la pesca como de cultivar campos en las tierras emergidas del entorno. A modo de curiosidad, la población cuenta con una iglesia protestante, una católica y un templo en el agua dedicado a los dioses animistas. ¡Ahí es nada!

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